jueves, 6 de marzo de 2008

RAYO DE LUZ

Se removió inquieta. Apenas había logrado dormir pensando. Le llegaba el murmullo del cercano río que discurre un poco más abajo de la cueva, encajonado entre riscos de Las Angosturas. Todavía no había llegado la Larga Luz con el día que todo ilumina y llena de vida. Pese a todo, en aquel rincón que le habían asignado en la gran cueva, se estaba bien. Las llamas de la fogata ardían a la entrada dando calor y ahuyentaban las alimañas...
Es joven, aunque no sabe exactamente cuántas lunas ha visto. Posiblemente no más de 150. Había nacido en la época del Largo Frío, en invierno, y milagrosamente había sobrevivido. Le cuentan que, justo cuando salió del vientre de su madre, acabó la tormenta y una fina línea de luz traspasó las nubes del horizonte. Por eso empezaron a llamarla así.
Como es muy morena tiene el largo pelo recogido en una trenza con ayuda de un pequeño hueso de conejo. Es muy ágil y espigada, cosa esto último que no le gusta. Es alta, tanto que una vez midió la huella dejada en la arena del suelo y contó cuatro pies y medio. Pronto deberá ser madre pues ello significa más manos para ayudar y defender la tribu. Ya le ha echado el ojo a Lanzahuesos, pero el muchacho no le hace ni caso... Igual daba, pues en la cercana Cueva de los Mármoles habrá quien quiera desposarla; ella desea tener unos pequeños a quien, cuidar y enseñar los nombres de las cosas...
En estas cosas está pensando, acurrucada bajo pieles de oveja que le cosió su madre hace dos lunas, poco antes que repentinamente enfermara y muriera. El Chamán, el brujo de la tribu, convocó a los espíritus del día y de la noche y pidió le dieran cobijo. La enterraron bajo las grandes piedras del dolmen del llano, el lugar de sus ancestros. Nadie lloró; saben que es ley de vida y están acostumbrados pues conviven con la muerte y los espíritus dibujados muy al fondo de la cueva. Además, todos son su familia.
Y su familia es numerosa. La tribu es de las más grandes de la zona y ello empieza a crear problemas pues a veces no hay comida para tanta gente. Son ya 42 los individuos que viven en la cueva y sonríe al recordar que los niños la llaman cariñosamente Abrigo de la Murcielaguina, pues en los techos del fondo suelen dormir estos animales. El nombre enfada a los mayores, en especial a los dos más viejos, que son Liebre que Salta con 236 lunas y Ojo Nublado con 224. Dicen que eso es poco serio y que enfadará a los espíritus de nuestros antepasados. Son dos viejos cascarrabias que se pasan el día al fuego y que no pueden cazar, pero que todos respetan. Ella intuye que pronto morirán...
Al primero apenas se le entiende pues en su boca solo hay dos dientes y no anda pues aunque era muy ágil de muchacho, ahora está artrítico, tiene una pierna fracturada. Pero sabe muchos trucos. En cuando al otro, es tuerto desde pequeño debido a una pedrada y tiene el párpado cosido, cosa que la pone nerviosa... pero al calor del fuego narra historias increíbles que la hacen soñar...
El humo que asciende del fuego de excrementos y matojos vá debilitándose. Se levanta para preparar al fuego un rico caldo en la gran olla de cerámica decorada. Un chiquillo llora pidiendo pecho. La tribu despierta. La Larga Luz sale. Comienza un nuevo día..

de Paco Córdoba